#ElÚltimoConcierto |GUNS N’ ROSES EN BUENOS AIRES (17/07/93)

En 1991, Guns N’ Roses se lanzó a la conquista internacional del rock con dos discos publicados al mismo tiempo – Use Your Illusion I y Use Your Illusion II – iniciando una de las giras mundiales más largas y ambiciosas que se hayan llevado a cabo: 192 conciertos en 27 países durante dos años ininterrumpidos. El último recital de aquel World Tour sucedió en Buenos Aires el 17 julio de 1993 y también sería la última vez – al momento – que aquella recordada formación tocaría en un escenario. Aunque haya un posible regreso visible en el horizonte, dicho show cerró el ciclo más glorioso del grupo.

por @GFKArgentina

Todo comenzó y terminó en Sudamérica. Bajo un agobiante calor brasileño, el Rock in Rio de 1991 fue el escenario elegido para el inicio de la aventura rockera que Guns N’ Roses (GNR) emprendió en el Use Your Illusion World Tour. Durante dos años, Axl Rose, Slash y compañía fueron tapa de todas las revistas especializadas del mundo, manteniéndose en el centro de la escena mainstream en los albores de los 90 a partir de los shows descomunales con los que lograron cautivar todos los rincones del orbe.

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La Use Your Illusion World Tour fue una de las giras más ambiciosas que una banda de rock puede hacer. Fuente: http://pepp3rland.tumblr.com/post/45645016096

Después de su primera visita a la Argentina en diciembre de 1992, la extensa gira parecía llegar a su fin. Sin embargo, una nueva batería de fechas alrededor del mundo se programaron para la primera mitad de 1993 bajo el nombre de Skin N’Bones Tour. A diferencia de los shows que venían ofreciendo con el Use Your Illusion World Tour, la idea era presentar una discreta puesta en escena y ofrecer algo más descontracturado,  sin demasiada producción, y apostando a un setlist diferente, plagado de canciones interpretadas en versión acústica. Podría decirse que la propuesta era una especie de Unplugged itinerante, aunque también habría lugar para un set eléctrico.

En poco tiempo, GNR volvió a aterrizar en los países donde mayor éxito había conseguido y en esta nueva mini gira solamente incluyó a un país sudamericano con el que además cerrarían su épica gira: la Argentina.

afiche GNR

Usualmente, cuando una banda de estadio visita nuestro país, mejor aprovechar la ocasión porque tal vez pase un considerable tiempo antes de que vuelvan incluirlo – lo mismo les debe pasar a los fans de otros países sudamericanos a excepción de Brasil – en otra gira. Llamativamente, con GNR sucedió todo lo contrario. Tan solo seis meses después de su tan ansiada visita, decidieron repetir Buenos Aires y cerrar, con dos conciertos en el estadio de River Plate, su mini gira (comparada con la kilométrica Use Your Illusion) titulada Skin N Bones Tour.

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A diferencia del extenuante calor de los primeros días de diciembre del 92, ésta vez Axl, Slash, Duff, Gilby Clarke, Matt Sorum y Dizzy Reed llegaron en pleno invierno: los días elegidos fueron el viernes 16 y el sábado 17 de julio, esta última fecha se volvería inesperadamente emblemática con el paso del tiempo. La cautivante sociedad Rose-Slash se despedazaría en la mitad de los 90, aunque pareciera que por estos días, un auspicioso deshielo podría lograr que ambos rockstars vuelvan a pisar un escenario juntos.

Ambos shows tuvieron prácticamente las mismas canciones, y como dato de color, cabe mencionar que en el primero de ellos, mientras tocaban Welcome To The Jungle  hubo un problema con la alimentación eléctrica, y los instrumentos dejaron de escucharse. Por suerte, rápidamente pudieron solucionarlo y terminar el clásico que abre el Appetite For Destruction.

El último concierto de aquella gloriosa etapa de la banda, comenzó el sábado 17 de julio de 1993 con el silbato de la locomotora que llegaba a la estación final con Nightrain de fondo. El estallido del público – sobre todo de la parcialidad femenina – silenció el famoso pitido cuando vieron a la banda emerger del escenario.

Rápidamente Axl salió disparado por las pasarelas, mientras Slash – con la casaca de la Selección nacional y sin la galera – arremetía con sus solos serpenteantes. Al frenético comienzo de Nightrain le siguió Mr. Browstone y Yesterdays – hermoso tema del Use Your Illusion II que no era habitualmente interpretado en los shows – para seguir con Live and Let Die, Attitude, y Welcome to the Jungle.

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La rompió toda.

Un Axl más preocupado y profesional que en sus inicios utilizó al interprete desde el comienzo para pedirle al público que disfrutara del show sin violencia y cuidara de la persona que estaba a su lado. La multitud se mostraba enardecida ante cada acorde de Slash o movimiento del cantante, coreando, pogueando y ovacionando sin parar.

Después de Double Talking Jive, cuya versión en vivo solía extenderse en un desprejuiciado solo aflamencado que Slash interpretaba mágicamente, llegó finalmente el peculiar set acústico con el que innovaba el Skin N Bones Tour. Replicando la vestimenta de Slash, Axl también se calzó la camiseta de la selección argentina y ambos lucíeron la albiceleste, detalle de color que merece ser remarcado debido a que ningún otro recital vistieron camisetas de fútbol de un seleccionado o de algún equipo en particular.

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El show dejó las destellantes luces, y la extravagante puesta en escena se fue diluyendo para encarar una nueva propuesta  descontracturada, lacónica y acústica: los músicos se sentaron, simulando un fogón a su alrededor, con la compañía de sus guitarras criollas para dar comienzo a ese peculiar tramo del concierto que comenzó con el cover stone Dead Flowers y siguió con otra del UYI I, You Ain’t The First.

El público, por su parte, mantuvo un paradójico comportamiento: por un lado, sufrió una nueva advertencia de Axl quien (siempre con el traductor a mano) amenazó con cancelar el show si continuaban los escupitajos que recibía continuamente y dijo, no sin un alto grado de sorna y pisando el pasto, que «así es como se contagia el SIDA» en tono despectivo, y a mi parecer, tildándonos implícitamente de brutos ignorantes. Sin embargo, esa misma multitud «agresiva» era capaz de iluminar el estadio con su encendedor, recreando un paisaje único y esplendoroso que Axl contemplaba mientras entonaba las canciones, con cierto grado de asombro, a pesar de los cientos de escenarios que había pisado en ese año y medio.

Cuando Axl parecía relajarse, un nuevo episodio con algún espectador desubicado volvía a fastidiarlo. Por su parte, Slash parecía disfrutarlo mucho más e incluso, daba la sensación que percibía que esa podía ser su última noche con GNR, porque sinceramente desplegó una performance absolutamente brillante de principio a fin. El otro integrante de la formación original restante, Duff McKagan, lucía sumamente agotado. Incluso exhibía un rostro demacrado y entrado en kilos, a diferencia de los primeros shows donde correteaba vigoroso por el escenario. Tal como relató en el programa premiere fuse, el bajista reveló que pocas semanas después de la gira sufrió una pancreatitis, derivada del abuso de alcohol y drogas, enfrentándose cara a cara con la parca.

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Semanas después del recital, Duff casi muere tras sufrir una pancreatitis

La noche continuó adecuadamente con el set acústico del Lies,  segundo álbum de la banda, incluyendo sus mejores temas: You’re Crazy, la sarcástica y simpática Used To Love Her y el clásico lento Patience – que incluyo algunos tramos de Pinball Wizard (The Who) e Imagine (John Lennon). Miles de gritos ensordecedores se replicaron ni bien Axl empezó a silbar su famosa intro.

Ya un poco más relajado, Axl se reencontró con el público en Knocking On Heavens Door, donde habitualmente el cantante pide la participación de los espectadores.  De hecho, el líder de la banda quedó francamente atónito cuando escuchó el bramido al unísono del «Knock, knock, knocking on heaven’s door» que le devolvió la muchedumbre y solo pudo esbozar, en tono asombrado, un «Yeah» frente a la efusiva respuesta que no se esperó venir.

Además el cover de Bob Dylan, en su versión acústica, contó con una secuencia instrumental liderada por Slash y acompañada por Dizzy Reed que la convirtieron posiblemente en la mejor interpretación jamás realizada por los Guns N’ Roses. La velada siguió con otro clásico romántico: November Rain, comandado por el piano melódico de Axl y un famoso punteo final de Slash que provocó el alarido de un centenar de jovencitas preadolescentes que vivían su beatlemanía noventosa con GNR. El set acústico cerró con Dead Horse y la pecularidad de ver a Axl Rose empuñando una criolla e intentando seguir a Slash y Gilby Clarke en la melodía del tema.

El habitual solo de batería protagonizado por Matt Sorum sirvió como una intermisión para volver al rock visceral y eléctrico con el cerró aquel histórico concierto: You Could Be Mine, la infaltable Sweet Child O’Mine y como siempre, la retirada con Paradise City. Otro dato de color: para este final, Axl vistió la camiseta del inolvidable Sergio Goycochea, arquero que la selección tuvo en aquellos años, protagonista del Mundial de Italia 90, junto al Cani y el Diego.

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Axl vistiendo la casaca del Goyco!!!

La desgarradora súplica final de Axl «Won’t ya take me home»  con la que termina Paradise City evidenciaba el final de una de las giras más ambiciosas y extensas que una banda rock haya realizado en la historia. Sobre la fría noche porteña, más de 60 mil almas contemplaban aquella gloriosa época de GNR, sin siquiera imaginar que serían privilegiados protagonistas del final de una era. Por estos días, pasados ya más de 20 años, los integrantes originales de Guns N’ Roses parecen haber logrado un acuerdo con Axl y volverán a presentarse nuevamente juntos en el famoso festival de Coachella. Aunque eso efectivamente suceda, difícilmente puedan igualar aquellos recitales de 1993 con los que dieron fin a su ciclo más exitoso.

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La última foto que retrata a Slash y Axl juntos. Fue tomada en el backstage, minutos después de la finalización del show.

SET LIST

TRANSMISIÓN DEL RECITAL – TELEFÉ

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